En los próximos 25 años, internet crecerá gracias a las comunicaciones entre máquinas. En 2014 pasaremos de tener 60 a 100 sensores por automóvil y para 2020 este número aumentará a 200, permitiendo que el 90% de los vehículos esté conectado. El internet de las cosas asociado al transporte permitirá sincronizar la productividad, ofrecer entretenimiento durante los trayectos, gestionar el tráfico, direccionar a los vehículos hacia zonas de estacionamiento disponibles o cargar los coches eléctricos, entre otras muchas cosas.

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